Gogol y Codpa (Chile): carta a un amigo

Recibimos el grupo de amigos el siguiente mensaje de Esteban Sanchez:

"Bueno pandilla, nos vamos a Codpa. Allí, en un valle en medio del altiplano, en una iglesia española del siglo XVII, vamos a bautizar a Rafa y nos casamos según el rito católico comunista. Hay dos horas de electricidad al día y mi compañia allí no tiene cobertura, de manera que cuando vuelva a comunicarle seré un hombre (re)casado y mi hijo un cristiano oficial. Os voy a echar de menos, pero esta aventura fantástica no podre compartirla con vosotros".

Si no fuera por lo que, a continuación, voy a decir, podría tener dudas sobre la coherencia entre ser un tradicional profesor de sociología de orientación metodológica en parte marxista, cultura popular derivada de las originarias Comisiones Obreras, y mantener siempre un simpatía respeto al hecho religioso; esencialmente, el católico. Digo simpatía y lo diferencio de la idea de tolerancia. En la idea de simpatia hay ya una cierta compartición del núcleo de verdades, sentimientos y creencias, mientras que la tolerancia exige respetar la autonomía moral del otro de modo que traduzcas en forma de argumentos razonables tu propio mundo para poderlo compartirlo con otros, esencialmente con el ciudadano religioso/no religioso (Ruiz Soroa, 2010). Bueno, simpatia también puede que sea erróneo, porque la cercanía de Esteban se basa en el hecho de una madre católica siempre en su recuerdo. Es, cierto; el olor ausente, la piel blanca y la sonrisa de la madre siempre está en nuestra memoria. Por eso, tiene que "esconder" la fuerte carga sentimental de lo que hace (bautizo y matrimonio católico) con la alusión del hecho comunista. La parte de nosotros que sigue su orientación marxista sonreirá en la idea de que está "relativizando" el acto. Yo, sin embargo, siempre pienso en las muestras de la  Providencia de ese Dios escondido que escribe con signos extraños, apenas perceptibles:

A) Bendita Iglesia de San Martín de Tours que harás que Rafael conozca los signos que dejó la madre en el hijo¡. San Martin de Pous, Santo también en el pueblo de mi madre, mirando a Gredos, Provincia de Avila, donde las piedras siempre tienen para mi tanto significado.

B) Bendita la Madre de Dios que, como nos recuerda Gogol:

"Nadie que a ti acuda,
se aleja de ti humillado, Purísima
Virgen Madre de Dios
pues quien pide la gracia y la recibe
 por su suplica provechosa"
En Florenskij, Pavel: "La Sal de la Tierra".

Mientras estoy con estos pensamientos, tan extremos, tan rayados que me hacen  ver la vida como algo mágico, asociando hechos y pensamientos, empiezo a leer "Pompa y circunstancia. Diccionario Sentimental de la Cultura Inglesa" de Ignacio Peyro. Es afortunado que, ya con la quinta  voz (Alcohol) empiecen las carcajadas. El respeto reverencial a aquellos que se cogen  una cogorza en los países anglosajones primero me causó extrañeza, después franca simpatía. Ahora, con las responsabilidades parentales y la edad, es un deseo frustrado el cogerme una merluza, lentamente, con amigos y  algún licor de fortuna; ya sea el siempre "saludífico" vino, ya el "peor pasable" gin, ya sea con la "destroza hogares" margarita. Siempre recuerdo, Esteban, los días afortunados en donde con otros amigos nos hemos pimplado hasta alcanzar grandes carcajadas en baretos de mala muerte -tu María Malasaña- o en el mejor restaurante. Charlando ya de flamenco o de pop - siempre tan poppis tatareando constantemente la canción de Morrisey-, de mujeres (amadas o por amar), de amigos y enemigos. Todos te esperamos en Madrid

PD: veo la nueva idea de Pedro Arriola en los medios, el partido como reunión de gente "de gestión", " de gobierno", ; de nuevo nos toman por tontos. Es precisamente la gestión compartida del PP y el PSOE durante los años de bonanza los que nos llevan casi al desastre- bueno, para algunos al desastre-. Se creen que por no haber hundido el barco al capitán que nos llevo al Cabo de Fornos le vamos a perdonar, ni a el ni a su tripulación.



Comentarios

  1. Siempre he admirado tu habilidad - creo que casi única - para renunciar a desenredar la complejidad de las personas, para asumirla como algo normal y evitar por todos los medios convertir la belleza de lo difícil en lo "bello sencillo". Creo que eso te permite (y aquí hay un dejo de envidia) asumir la contradicción como algo natural, eterno y atractivo (¿de ahí tu gusto por la cultura rusa y similares?). Creo que por ese motivo he podido contar contigo, he tenido el privilegio de tu compañía y apoyo en mis mejores momentos, también en alguno de los peores de mi vida.

    Mientras escribo estas líneas, ya (re)casado, ya Rafa convertido en cristiano, escucho la versión de la canción de los Smiths que me has regalado en tu carta. La versión que nosotros hemos cantado, en Malasaña o donde fuera, era mejor, ¿no crees? ¡Incluso mejor que la original de Morrisey! Me alegra saber que esos momentos que hemos compartido son también importantes para ti, porque son momentos como esos los que hacen que me guste pensar que Madrid es una ciudad incompleta sin mí. Incompleta también ahora sin mi familia, sin mi amada Lorena y sin mis hijos. Sin mi hija Irene, que se convirtió en cristiana en la Calle San Bernardo.

    Ya sabes que siempre he querido que mi religiosidad, podemos llamarlo así, fuera artera, tal vez un poco cínica. Al fin y al cabo: una esperanza, una ilusión, una pasión, un recuerdo. El pequeño Rafael ya es un cristiano, algo que no se puede entender sin mi simpatía por el catolicismo. No me importa reconocer que al final todo se basa en una intuición de esas muestras de la Providencia que en ocasiones se imponen como algo inevitable.

    Gracias, querido amigo, pues has hecho que mis palabras (“esta aventura no podré compartirla con vosotros”) se hayan convertido en papel mojado.

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