Hilary Clinton y Harvey Weinstein o el despertar contra la ideología



"Ahora la opinión pública está totalmente determinada - en su realidad- por una nueva ideología hedonista, tan completa como estúpidamente hedonista. El poder permisivo (al menos en ciertos campos) protegerá a esta nueva opinión pública. Y dicha permisividad abarca el eros que es fuente y objeto de consumo.... En el campo del sexo, por ejemplo, el modelo que dicho poder crea e impone consiste en una libertad sexual moderada que incluye el consumo de todos aquellos elementos superfluos considerados necesarios para una pareja moderna... La ansiedad conformista por ser sexualmente libres transforma a los jóvenes en miseros erotómanos neuróticos, eternamente insatisfechos (porque han recibido su libertad sexual en lugar de conquistarla) y , por ende, infelices" ( Tetis. El cine y el cuerpo en P.P. Passolini, Demasiada libertad sexual os convertirá en terroristas, Madrid 2014, Pag. 90).
I.-

Estos días estamos bombardeados por el asunto Weinstein, el alto ejecutivo de Miramax, depredador sexual, que "forzó" a toda una serie de actrices a mantener relaciones sexuales con él. En la redacción de la noticia, intervino el New Yorker, introduciendo los relatos de Asia Argento, Mira Sorvino, y otras, y hoy he visto en el ABC, el relato de  Cara Delevnigne. Todos revuelven el estomago. Hasta ese momento, como habitualmente nos ocurre, la noticia nos presenta al "otro", al ser deshumanizado, diferente a nosotros  y por tanto, dicha noticia afecta limitadamente a nuestra conciencia. Sin embargo hay algunos elementos que debemos considerar: 

A) En Twitter se ha incorporado a la polémica la relación de este depredador con H. Clinton. Es cierto que, con independencia de tus deseos psicópatas, uno puede tener ideas "demócratas" o simplemente interesarte por dar dinero a la campaña de la secretaria de estado 1,5 millones de dolares. Y por ello, no debemos atacar a la receptora del dinero, puesto que no es "culpable" de recibir fondos de alguién que, aparentemente, no tenía "mala fama" - salvo que tuvieras el "animo de Courtney Love.

B) Pero lo más perturbados de las críticas es la contestación de Hillary y lo que nos provoca. Veamos un par de ejemplos: 



Dice una comentarista: "Hillary, you weren't shocked or appalled. You have lived with that same behavior from your husband for decades". (Hillary, tu no puedes estar ni perturbada ni horrorrizada, Tu has vivido con esa misma conducta de tu marido por decadas) O el siguiente: 

No  desean hacer comentarios un montón de representantes de actores (masculinos) en las películas del sujeto....

Realmente: ¿Han cazado a uno de los nuestros? ¿ Es posible, ser una persona poderosa sin pretender realizar tus delirios?

II.-

El texto passoliniano viene a cuento. Para el ciudadano, sin poder -  el escritor italiano hacia una imputación falsa (burgués/poderoso)- , la industria (especialmente, la cinematográfica) le suministra un relato de aparente liberación sexual, hedonista, de consumo. La cultura mainstream nos presenta episodios liberalizadores, con actrices jóvenes, atractivas, que nos hacen soñar un relato del amor posmoderno (o posesión)  ( el hombre común logra atraer/conquistar a la mujer "estrella"). 

Detrás de ello, hoy sabemos que también hay explotación. Violencia contra la mujer - preferentemente- por aquellos "suministradores". Es curioso, la policía detiene a lo largo del año a mucho depredador desordenado, no integrado comunitariamente.  Sin embargo, si estas en el entorno del poder, o intitucionalizado (H. Clinton), aparentemente, no le das importancia; el monstruo que tienes en casa no te ataca a ti, sólo a una simple becaria, a cualquier arribista, a una pretendiente a actriz....etc. La relación con la política y la industria deja muy mal parada a nuestra sociedad.

Pero, si huimos ese mundo actual,  a la nobleza de un relato liberalizador americano ( epopeya fordiana del "hombre" hecho a si mismo en el medio hostil - el Oeste-) ¿lo podremos sobrellevar o no?  Creo que no, detrás de él también puede existir un ocultamiento ideológico que te pide mantenerte en la "masculinidad" de la época;  a pesar de su exceso, ahí tenemos a Zizek para explicarlo dando un sentido extraño a "Centauros del Desierto".  Pero, no nos engañemos, agredimos en el pasado a la mujer que "había perdido" su honra voluntaria o involuntariamente. Lo cual justificaba como mínimo la exclusión. 

III.-

Detrás de la aparente tranquilidad del relato liberalizador ( para todos), se nos descubre algo que no pretendías encontrar; no hay una "necesidad" inmediata de libertad sexual - en un sentido general-, si se debe conquistar para sentirla - igual que uno puede rechazar la esclavitud sin ser esclavo y ser consecuente con dicho sentimiento-. Con carácter previo, a la persona amada se la debe considerar en multitud de aspectos - más allá de la atracción física-, sólo así respetándola como es, en lo que es, se puede  uno relacionar sexualmente con ella.

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