Pasolini, Jappe y la ortodoxia marxista ante el consumo y la muerte de un sátrapa: El Comandante Presidente

"El fondo de mi enseñanza consistirá en convencerte de que no le tengas miedo a lo sagrado y a los sentimientos, de los cuales el laicismo consumista ha privado a los hombres transformándolos en brutos y estúpidos autómatas adoradores de fetiches" ( P.P. Pasolini, Gennariello, en Cartas Luteranas, Ed. Trotta, Madrid 2007)
I.-

 A primeros de noviembre  nos llega  la muerte de Carmen "Manene". No pude ir a acompañarla al cementerio de San Martín. Hace tiempo que, habitando en la residencia, no la veía en la calle. Siempre sonreía y, con un rostro brillante e  iluminado, te preguntaba por la familia. Pertenecía al pasado. A ese pasado de la pequeña burguesía comerciante, de buenas costumbres y vida alegre. Hoy no tendría sentido su carnicería, ni siquiera para proveerse de cabrito y morcilla de sangre, más allá de Gredos. Su religiosidad limpia, catecúmena, pertenece a otro tiempo. Las retorcidas y rosquillas tradicionales que siempre llegaban regaladas.

Y que decir, de los fines de semana, en la Huerta, con tus padres, su marido, Eloy, tus tíos, Angel Jimenez y Paquita. Tu te entretenías, mientras la gente mayor bailaba recogiendo chapas y jugando al escondite con tus amigos; la buscada chapa de Mirinda. Hoy ya la gente de mediana edad ya no sale a tomar algo y bailar en el pueblo regularmente; ni tampoco  se quedan a la puerta de su casa, en una banqueta a comentar el día con los que van pasando o sus vecinos. La vida se hace en las tristes casas, el exceso de asfalto y mobiliario urbano hace de nuestro pueblo un barrio inhóspito de Madrid.

Leo, en Anselm Jappe, las aventuras de la mercancía, Pepitas de Calabaza, s,l,, Logroño 2011, Pag.  130:  En torno a 1970-1975 se agotó el ciclo fordista-keynesiano, pues se había vuelto imposible seguir financiando los <<gastos secundarios>>. El  abandono del patrón oro del dólar en 1971 y el regreso de la inflación a los países  occidentales fueron sus signos. Dicha crisis se ha agravado infinitamente debido a la revolución microinformatica. Esta ya no establece un nuevo modelo de acumulación: desde el comienzo, vuelve inútiles - <<no rentables>>- enormes cantidades de trabajo. A diferencia del fordismo, lo hace a tal ritmo que ninguna ampliación de los mercados es ya capaz de compensar la reducción de la parte de trabajo contenida en cada mercancía. La microinformática corta definitivamente el vinculo entre la productividad y el gasto de trabajo abstracto encarnado en el valor. Pone en marcha el <<circulo vicioso>> al que asistimos desde hace veinte años. Para sobrevivir en una situación en la que el mismo sierra la rama en la que se encuentra sentado - el trabajo-, ahora todavía más que antes, el sistema capitalista debe buscar subterfugios para hacer que coincidan momentáneamente la circulación y la producción, suspendiendo prácticamente la ley de valor. Hay que recordar siempre que la producción de bienes de uso no está en crisis. pero si se siguiera la lógica del valor al pie de la letra, deberíamos abandonar casi toda la producción actual por <<falta de rentabilidad>>. Para evitar llegar a tal conclusión, el <<sujeto automático>> se lanza a una huida hacia delante cada vez más desesperada".

San Martín, y la lógica de la expulsión de multitud de actividades artesanales, agrícolas, burguesas en un sistema de grandes supermercados y comercio de internet.  Nada volverá a ser cómo antes.

Podría gustarme la intuición pasoliana arriba transcrita,  pero no puedo soportar que admitiera adscribirse ideológicamente a los comunistas, aquellos que fueron responsables de la muerte de su hermano "querido", Guido. Esa bisección norteña entre el lado interno y el animo público, no lo puedo soportar. Me sabe a hielo. La carta que leo en el libro preparado por el Circulo de Lectores, "Palabra de Corsario", que preparó entre otros, Cesar, Renduales, Carta a Silvana Mauri (10 de febrero de 1950), no me gusta - para confesión del mal, la del Sabbat, de Maurice Sachs.

II.-

Leo un "twit" de Cesar Renduales sobre la muerte de Fidel Castro. Linea ortodoxa: el desarrollo de los derechos sociales sobre la salud y la educación de los cubanos....blablabla. Me rió con la intervención de Norberto Fuertes en Herrera:"...qué tal Carlitos, Viejo....los viejos están en el cementerio...la nueva generación en el poder están deseando hacer negocios con los Estados Unidos".

Y concluyo con S. Zizek ("el tardio fin de siglo"): "Uno acaba por cansarse de las historias contradictorias del fracaso económico y del desprecio de los derechos humanos en Cuba, así como de la dualidad de la educación y la asistencia sanitaria constantemente evocada por los amigos de la Revolución....La imagen de Cuba que se obtiene de alguien como Pedro Juan Gutiérrez (en su Trilogía sucia de La Habana) es reveladora: la realidad común de Cuba es la verdad de lo sublime revolucionario: la vida cotidiana de lucha por la supervivencia, desde la huida hasta las relaciones sexuales promiscuas violentas, de aprovechar el día sin ningún tipo de proyectos orientados al futuro". 

Es inútil hablar ya de Fidel - se quedó en la retórica que terminó en el año 1989-, no lo es de Cuba y sus habitantes.


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