Y si no todo fuera el razonar : un homenaje a E.I.Zamiatin




La novela "Nosotros" de Eugueni Zamiatin, como toda gran obra, presenta distintos significados, algunos, como veremos a continuación, no tengo claro que su autor los tuviera presente a la hora de idearla. En la actualidad, yo pondría más  el acento en la capacidad que tiene el autor de dibujar un mundo futuro, distópico, próximo al relato de la Ciencia Ficción, sin embargo, no debemos olvidar el pasado histórico que refleja un momento de exaltación de un hombre nuevo, hijo del Progreso de la Humanidad que pretendía "científicamente", el marxismo.

I.

Me gustaría primero hablar de lo que trata la novela. Su protagonista es un sujeto despersonalizado- los ciudadanos en el Estado Unido son números, nuestro protagonista es D 503-,  vive en una servidumbre voluntaria, la libertad es vista negativamente. La  justificación  de dicho sometimiento está en que, ideológicamente , la Ciencia y la Razón , no sólo se imponen por su prestigio, sino también por lograr hacer de su mundo ( el "mundo de los números") un lugar de una extraña y neutra felicidad.  Curiosamente la consecución de la felicidad hace que el sujeto no tenga  sueños - después dirá, el protagonista :"y ahora no distingo el sueño de la realidad; las magnitudes irracionales brotan a través de todo lo sólido, habitual , tridimensional y en lugar de superficies firmes y pulidas- alrededor todo son formas retorcidas y velludas(92)". La "Torre Acumuladora" - artefacto de dominación-  logra hacer un cielo azul, sin nubes ni fenómenos que alteran la tranquilidad,  impone las horas y ritmos que subalternante son aceptados por los ciudadanos a través de la "Tabla de las Horas". Se exaltan formalmente  las elecciones como momento pasado,  con la finalidad de recuperar el "día de la unanimidad"  en donde se elige de nuevo  y sin discusión al líder del Estado, el denominado  Bienhechor.

Fuera de ese sitio, detrás del "Muro Verde"- construido después de la guerra de los 200 años celebrada entre la ciudad y el campo- está un sitio distinto:  la selva, lo primitivo, los que perturba el "pensamiento lógico" - Allí están "... los salvajes cristianos (que) se aferraran obstinadamente a su pan, movidos por prejuicios religiosos"(26)-. Ahora viven bajo la exaltación a Mephi. Los Mephi  mantienen dentro de la ciudad una oposición, con alianza con alguno de los números. De nuevo, vuelve el autor a crear un antagonismo: " Mira : en el mundo hay dos fuerzas -la entropía.y la energía. Una lleva a una paz beatífica, a un dichoso equilibrio; la otra -a la perturbación del equilibrio, a un movimiento penosamente infinito. Nuestros, o, mejor dicho, vuestros ancentros los cristianos , adoraban  la entropía  como a un Dios Y nosotros, los anticristianos...."(145).

D-503, no es más que un hombre común, todos visten de uniforme y tienen las misma casas.  Comen todos juntos. Las casas son totalmente diáfanas y al no tener cortinas ni paredes todos pueden examinar lo que hace cada uno,  salvo cuando tienen el derecho a la "hora personal" en donde se permite una cierta intimidad. Intimidad  no sólo tiene significado de relaciones entre hombre y mujer,  si bien cuando llega el "día "sexual", previamente concertado,   mantienen encuentros carentes de pasión con otros números.  Sin embargo,  D 503, como primer ingeniero ("constructor") de la nave INTEGRAL, es asaltado por I-330, una mujer que le atrae y pertenece a la oposición de los Mephi. La nave es un proyecto del Estado Unido, y su líder, el Bienhechor, para llevar este estilo de vida fuera de la tierra. 

Su vida, a partir de dicho encuentro con I-330 va a cambiar. Dice: "Esa mujer ejercía sobre mi un influjo tan desagradable como miembro irracional e insoluble que se filtra casualmente en una ecuación(17)". El descontrol en el que vive se explica porqué "solo se puede amar lo que no se somete(69)". Ella consigue llevarle, primero, contra su voluntad a la "Casa Antigua", donde toca el piano en un ambiente diferente, prehistórico, y después, más allá del Muro; lo hace para comprometerle en el Plan de tomar para así la nave INTEGRAL. Inicialmente el plan va a triunfar, pero, la "razón" vuelve a reconducir al protagonista a la servidumbre y logra, a partir de la "Campana", someterse a una operación que le hace olvidar todo ese pasado.

Las palabras del Bienhechor, que le convencen aparentemente lógicas, están dirigidas a quien debe ser más responsable por ser un líder, el constructor. Así resuenan:"preguntó: ¿a que han rezado, con que han soñado, que han anhelado los hombres desde que llevan pañales? Que alguien les dijera de una vez para siempre en que consiste la felicidad y después los encadenará a ella.¿ y que otra cosa hacemos ahora sino eso? El antiguo sueño sobre el paraíso...Recuerde: en el paraíso ya no conocen el deseo, no conocen la piedad, no conocen el amor; allí sólo hay ángeles, dichosos siervos De Dios con la fantasía extirpada (y sólo por eso son dichosos)..."(186).



II.-

La principal justificación de la obra de Zamiatin, la encuentro desde la perspectiva psicológica; una de las más vulnerables epistemológicamente. Realizaré una hipótesis complicada: las distopías son generadas por sujetos con ideas de izquierda que no logran ver en sus sueños materialistas, derivados de la Razón y El Progreso, otra cosa que monstruos. Creo que Zamiatin, a pesar de ser hijo de un pope ortodoxo, no mantuvo sentimentalmente la unión con la antigua creencia o fe. Fue un miembro de la inteligencia; es más, tuvo una época bolchevique anterior a la Revolución que, posteriormente, le permitió probablemente una vida más cómoda durante el tiempo posterior a 1917 - dentro del circulo gorkiano que se disolvió a la vez que moría en el extranjero-.  Sin embargo, el ideal comunista no logra apoderarse completamente de él, tal vez por el gusto excesivamente  burgués - unido al mantenimiento de una   conciencia individual- . Si lo hubiera sido, se habría censurado, como hicieron muchos amigos suyos.

El libro, finalizado en 1920 no pudo nunca publicarse hasta la finalización del Estado comunista en Rusia. Eso no impidió al autor que, con mayor o menor incidencia de la censura, pudiera sobrevivir en la Rusia posterior a la Revolución, si bien vivió paso a paso,  una persecución que le impedía publicar cómodamente. Su vida va complicándose hasta el punto de tener que solicitar en junio de 1931 su salida del territorio nacional directamente a Stalin, en una carta famosa . La carta es muy expresiva de la lucha que tenía entre la conciencia individual y su obligación como escritor soviético: "De ningún modo pretendo representar la inocencia ultrajada. Sé que, durante los 3 o 4 primeros años que siguieron a la revolución, escribí cosas que han podido dar pie a ciertas acusaciones. Sé que tengo la mala costumbre de decir en un momento determinado, no lo que podría resultar provechoso, sino lo que creo que es verdad. ... El código penal soviético prevé una pena aún peor que la pena capital: la expulsión del país. Si realmente soy un criminal y merecedor de una pena, con todo pienso que no debe ser tan grave como la muerte literaria; y por eso pido su sustitución por la expulsión de la URSS, con derecho a que mi mujer me acompañe. Si no soy un criminal pido permiso para viajar temporalmente al extranjero junto con mi esposa, aunque sólo fuera por un año, con la posibilidad de regresar en el momento en que sea posible en nuestro país servir a las grandes ideas de la literatura sin tener que actuar de lacayo de gente insignificante...".

Fuera se encuentra con la emigración, él es un privilegiado; realmente cree que puede volver a Rusia por lo que no se siente un apátrida, si bien poco a poco se da cuenta que no es tan fácil el regreso. Encuentro en un cuidadoso libro de J.A.E. Curtis, "the englisman from Lebedian' : a life of Eugeny Zamiatin" el siguiente comentario sobre el encuentro con  el autor de un grupo de emigrados, algunos blancos. Lo hace  Zinaida Shakhovskaia  y se produce después de su fracaso teatral de la obra "el diluvio"en Bruselas- sobre noviembre o diciembre  1933 :

"In front of me stood a wiry, very upright man who seemed younger than his 49 years, and who somehow didn't look that much like a Russian; and yet if you looked closely -and despite is straight parting and a certain stiffness in his expression - he was definitely a Russian. I had already seen Russians like him, with fairly high cheekbones and narrow, almost Asiatically narrow eyes. Probably a more emotional man would not have liked to meet afterwards with someone who had been a witness to  what for him had been an unpleasant occasion (...)Zamiatin turned out to be very charming and intelligent.At first he was rather reluctant to visit us, since he was apprehensive about having relations with White Russians". 
Enfrente de mi permanecía  un hombre enjuto, muy erguido que parecía más joven que sus 49 años y que no tenía mucho de un ruso; y no obstante, si miraba más cerca - y a pesar de su distancia y cierta rigidez en la expresión - era definitivamente un ruso. Ya había visto rusos como él, con pómulos bastante altos y ojos pequeños, casi asiáticos. Probablemente, un hombre mas emotivo no le hubiera gustado encontrarse después con alguién que había sido testigo  de lo  que para el era una ocasión desagradable (...) Zamiatin resulto ser encantador e inteligente. A primera vista, el era bastante reacio a visitarnos, dado su aprensión acerca de tener relaciones con la Rusia Blanca".

En este marco -tal vez conociendo la novela "nosotros" hace el siguiente retrato que va propiamente a la justificación de la razón psicologícista que he realizado antes:

"I've rarely seen in anyone else such energy and such an appetite for work, and I've also rarely met amongst Russians someone who had such a well-rounded education (...) Puffing at his pipe, Zamiatin would read us his stories, delighting us with his language, and occasionally irritating us with his self-consciousness of his style? He was a kind man, and he was always concerned about the welfare of his friends who stayed  behind in Russia, and in particular about Anna Akhmatova. But he didn't have the lightness of character you associate with kind people. It was a though something was weighing him down, and it was not humour that he had, but a sarcasm born of scepticism, or possibly from despair.(...) Zamiatin commanded respect not just because of his profound decency, but also because of his carefully concealed kindness. Perhaps he concealed it because it was a feeling he could not rationalize, and he believed in technology, in progress, in science, and in a creativity which could be strictly controlled and subjected to well-known laws that he could understand, and eluded analysis and precise definitions"
 Rara vez he visto en nadie tanta energía y  gusto por el trabajo, y rara vez he encontrado entre los rusos a alguien que haya tenido una educación tan completa (...)Dando chupadas a su pipa, Zamiatin nos leía sus historias, deleitándonos con su lenguaje, ¿y ocasionalmente irritándonos al ser consciente claramente de imponer estilo?Era un hombre amable, y siempre le preocupó el bienestar de los amigos suyos que se quedaron en Rusia, y en particular de Anna Akhmatova. Pero él no tenía la ligereza de carácter que asocias con personas amables.  Era algo que lo agobiaba, y no, no  era el humor lo que tenía, sino un sarcasmo nacido del escepticismo, o posiblemente de la desesperación. Zamiatin imponía respeto no solo por su profunda decencia, sino también por su bondad cuidadosamente disimulada. Tal vez lo ocultó porque era un sentimiento que no podía racionalizar, y él creía en la tecnología, en el progreso, en la ciencia y en una creatividad que podía ser estrictamente controlada y sujeta a leyes bien conocidas que él podía entender, lo que evitaba un análisis y precisas definiciones.

¿Quien es esta mujer que sabe hacer un  retrato tan agudo del personaje? aparece allí en Bruselas, junto a un entorno emigrante, es una princesa, poetisa,   bajo la égida futura de  Navokov - cuya correspondencia la traslada a la inmortalidad-; allí dice que están en la reunión,  Vladimir Sirin - el futuro novelista-, Marina Tsvetaeva -poetisa- Marc Sorim, Don-Aminado y Teffi.  Pero será también  es la  esposa de un gran pintor belga - de origen ruso-  Malevich. Acaba de escribir la crónica para un periódico izquierdista "Le rouge et le noir". Zamiatin  pretende utilizarla para traducir sus obras al flamenco, u  organice lecturas en Club de judíos rusos.

Sin embargo, Zamiatin va comprendiendo que  su exilio voluntario permitido por Stalin no le permitirá el regreso para escribir, por cuanto el régimen soviético va endureciendo las condiciones de los escritores que no se "adaptan" al estilo de realismo soviético y a los argumentos derivados de la Revolución. De ahí que sea menos amable  otro retrato de la misma época de N Berberova, en su diario, donde apunta lo siguiente:" Zamiatin había perdido su razón de vivir y de escribir, detestaba a los de allá y a nosotros , a los emigrantes , nos despreciaba ligeramente...su táctica consistía en sobrevivir y callar. Yo no podía adoptar esa estrategia "(214).



III.-

Zamiatin, a partir del régimen staliniano trata de procurarse una coartada;  tenía que  alejar, cuanto más posible su  novela de una crítica generalizada al sistema . El  autor le dice a Fedin, su amigo gorkiano:

 "the utopian novel We, writing 1919-20, is above all a protest against every kind of mechanization of man, against turning him into machine; the American critics in their reviews of the novel We called to mind the system which has been applied in America in the factories of Henry Ford. Reflections of the epoch of War communism can be found in this novel, but it is of course impossible to connect it to the present day".
"La novela utópica, Nosotros, escrita en  1919-20, es sobre todo una protesta contra todo tipo de mecanización del hombre, contra  todo intento de convertirlo en máquina; los críticos estadounidenses en sus reseñas de la novela toman en consideración el sistema que se aplicó en los Estados Unidos en las fábricas de Henry Ford. Reflejos de la época del comunismo de guerra se pueden encontrar en esta novela, pero por supuesto es imposible conectarlo al día de hoy 
o , hablado de las similitudes con la obra de Aldous Huxley, indica:

"...shortsighted reviewers saw in my text nothing more than a political pamphlet. That is o course incorrect: this novel sends out  signal about dual threat which humanity is facing: that of the hypertrophied power of machines as well as the hyperthropied power of the state..... In his most recent over the English writer Aldous Huxley develops almost the same ideas and plot situations which you will find in We. Recently Drieu La Rochelle told me that when he met Huxley he even asked him wether he hadn't read We; I turned out te had not. Which just goes to show that these ideas are simply circulating in the menacing air which we breath these days"
Los críticos, algo  miopes, sólo  vieron en mi texto  un panfleto político. Eso es, por supuesto, incorrecto: esta novela envía una señal sobre la doble amenaza a la que se enfrenta la humanidad; la del poder hipertrofiado de las máquinas, así como el poder hipertrofiado del estado...En su obra más reciente , el escritor inglés, Aldous Huxley desarrolla casi las mismas ideas y trama respecto a las  situaciones que se encontrará en Nosotros. Recientemente, Drieu La Rochelle me dijo que cuando conoció a Huxley, incluso le preguntó si no había leído Nosotros; Resulta que no lo había hecho. Lo cual demuestra que estas ideas simplemente están circulando en el aire amenazador que respiramos en estos días ".
Sin embargo, hay muchos elementos de la utopía soviética que son recogidos o intuidos en la novela, centrada en  la necesidad de formar "personalidad colectiva que sólo viviera para el bien común" (Orlando Figes, Los que susurran. La represión en la Rusia de Stalin, Barcelona 2007, 48). Dicha idea hacia  necesario que el sujeto redujera el ámbito privado, de modo que, por  un trabajo colectivo, a través de la eliminación de la familia - sustituidas  por uniones amorosas libres-, o mediante el apartamento comunitario (Kommuvalka). Pero, además, el estilo de vida debía ser espartano, evitando las posesiones materiales y manteniendo siempre, sobre todo, la lealtad al partido; las ropas simples y comunes. Nos recuerda Anatoli Lunacharski (1918)" Debe enseñarse a los jóvenes a pensar en términos de nosotros y es necesario dejar atrás todos los intereses privados y particulares". Lo colectivo era lo  relevante, las manifestaciones , los juramentos, los himnos, las ceremonias, los cultos. Y todo ello no sólo es un producto del Leviatan sino está en la base cultural: constructivistas, futuristas y artistas alienados con el Proletkult y el Frente Izquierdista del Arte comparten toda está "manera de ser". Así son sintomáticas las palabras que alguien del Soviet rural de la aldea Verchovka dice en La patria de la eletricidad (1926), de A. Platonov:

"Camaradas y ciudadanos, en medio de tanta pobreza no gastéis en vano vuestra elocuencia ¡ Se alza como un torre nuestro poder científico y la torre de los lagartos de la sequía será destruida por la mano sabía. No hemos sido nosotros los que hemos creado este valle de lágrimas, pero todo lo reformaremos íntegramente. Y habrá huevos y gallinas para todos y cada uno, y la vida será más plena y sorprendente. Hoy la inteligencia comunista vigila insomne y no habrá quien impida el influjo de la ciencia sobre la tierra... Es grande nuestro corazón guerrero, dejad de llorar, porque ya pasará el vacío sepulcral en los estómagos, y llegado será el día en que comamos pedazos de pastel. Ya se oye el retumbar de las máquinas y el susurro de la energía eléctrica. Pero nuestra aldea, Verchovka, necesita ayuda para obtener más mejoras, porque esa máquina que fue de los blancos y actuó como intervencionista, que nació ajena, no llega a concebir en su mente cómo sernos útil. ¡Y se aflige mi fatal corazón y en mi cerebro arde una lágrima cuando pienso en la causa universal.
O también el fenómeno que  Nadezha Mandelstam, en Hope Abandoned  refleja cuando nos dice:

Having lost their "selves," both types-the individualists and the inert-forfeited everything that makes for a normal existence, for what we call "culture." Who cared about traditions offering only personal salvation-of which there was in any case no guarantee whatsoever? What was the point of fussing over a concept of "self" now rejected and useless? . . . Stifled and crushed, it lingered on here and there only in full knowledge of its worthless, outlawed status
Habiendo perdido su "yo", ambos tipos -los individualistas y los permanecían inertes- perdieron todo lo que contribuye a una existencia normal, a lo que llamamos "cultura". ¿A quién le importaban las tradiciones que ofrecían solo la salvación personal, de la cual, en todo caso, no había garantía alguna? ¿Que interés tiene preocuparse por un concepto de "yo" ahora rechazado e inútil? . . . Sofocado y aplastado, se demoró aquí y allá solo en pleno conocimiento de su estado inútil y fuera de la ley
En vez de la crítica directa elige la novela futurista.  Figes, El Baile de Natacha. Una historia cultural rusa, Barcelona 2006,  610 nos indica que  " la mezcla de ciencia ficción con una fe mística era característica de la tradición literaria rusa, donde  el camino hacia el ideal tantas veces se vía como una trascendencia del mundo y sus realidades cotidianas. La revolución rusa estuvo acompañada de un inmenso resurgimiento de la ciencia ficción apologética. Bogdanov, el bolchevique cofundador de la Proletkult, llevó la delantera con sus novelas de ciencia ficción, Estrella Roja (1918) y el Ingeniero Menni que describen la utopía comunista en el planeta Marte a medidos del tercer milenio....la ciencia ficción de Zamiatin tomaba elementos de la tradición rusa para desarrollar una crítica humanista de la utopía tecnológica soviética". No obstante se debe decir que Aleksandr Bogdanov se refugió, después de su derrota ideológica por Lenin,  en la ciencia ficción "un genero que por lo general los marxistas tendieron a evitar (Noticias de ninguna parte (1893) de William Morris, es otra excepción)" (E. Griffiths, prólogo a la obra).

No creo que apareciera  demasiado pronto un momento de desencanto en  Zamiatin. Era 1919 y 1920, la guerra civil rusa operaba como anestesia de cualquier conciencia individual, si bien el sueño, los sueños de la razón comenzaron a crear sus monstruos o, como mínimo, la falta de coherencia del relato propio y el mundo de sus sentimientos. Y el escritor, tal vez movido por el orgullo, tal vez por una excesiva confianza en la libertad aparentemente creada en el ambiente cultural postrevolucionario, no midiera las consecuencias futuras de sus palabras.



IV

Hay un ultimo punto a tratar basado en la extraña interpretación que hace un autor clásico, James H. Billington, en El Icono y el Hacha, una historia interpretativa de la cultura rusa, Madrid 2011. Este autor ingles, traslada la obra a un momento histórico en donde ve la misma como "la culminación de la preocupación anticristina por el prometeismo y en sensualismo de finales del periodo imperial. Incluso se podría decir que es una especie de libro sagrado para los satanistas " (698). El autor exagera, en tanto que no creo ver ni anticristianismo ni satanismo, Zamiatin ve la religión como un hecho cultural y, por lo tanto, la Revolución pasa por encima de ella, como con otras "tradiciones", con una finalidad prometéica, la supera: de modo que lo "antiguo", los "mefis" o mephis son los que no quieren ver la luz nueva (el progreso) - no lo entiendo en su vertiente demoníaca, por lo tanto-. Y, desde luego, el autor no indice a ningún culto demoníaco - en este punto, la descripción que hace el critico de la novela, incurre en errores de bulto para forzar su interpretación-. 

Es curioso como  hoy, en un momento en donde no hay utopía alguna que reclame genéricamente un nuevo mundo de progreso, se traslade el campo de las distopías hacia la frontera genérica de un mundo alienado por máquinas ( Matrix) o en donde éstas sustituyen a la humanidad (Blade Runner). En todo caso destaca una  necesidad de liberar al hombre de fuerzas que le someten cultural y socialmente; pero esta no pretende justificativamente la mejora del "otro" sobre la base de la razón humana, sino indirectamente reflejando la negatividad y pesimismo de lo actual. Delante de dicha necesidad no hay nada.

Es cierto, el ser humano no puede por su simple razón "hacer" un nuevo mundo, la realidad siempre nos condiciona y somete. Sólo, en la historia, en el simple relato de lo acontecido y su comparación con lo que nosotros vivimos hay la posibilidad de un sentimiento, una emoción, dirigida al otro. En todo caso, un lugar no sometido a la razón, donde el progreso es innecesario.


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